martes, 2 de noviembre de 2010

“No es una revolución, majestad, es una mutación”. Nanterre

“¿Por qué en la tele muestran siempre tantas cosas de los sesenta?”(Maria Emilia B, 8 años); y es que para alguien nacido en el 2000 muchas cosas que hoy están naturalizadas las imaginan como una característica mas del mundo adulto, sin pensar en su génesis, en que todo tuvo un acto inicial.

Los sesenta fue una década totalmente revolucionadora, el arte y la música tomaron nuevas formas y colores y se imprimieron mayoritariamente en los jóvenes. Una época plasmada de provocaciones juveniles, donde los todavía “no adultos” no temían hacerse escuchar como si había ocurrido, sin ir lejos, con sus propios padres.

La ideología hippie se penetró en aquellos que estaban llegando a los veinte años y se expandió hasta los que tenian la edad de creer en el amor libre. Los universitarios también impregnados en esa realidad comenzaban a ver las cosas de otras maneras, querían hacerse valer.

Era el año 1968, algo no andaba bien en Francia, el Barrio Latino donde estudiantes de todo el pais se reunían tenia un humor diferente ese 19 de abril. Dos mil universitarios se encontraban allí organizando su repudio al atentado que había acabado con uno de los lideres de la rebelión juvenil europea: Rudi “el Rojo”.

Las criticas al sistema universitario, que era considerado por los jóvenes como una estructura anticuada que no permitía una posible salida laboral profesional, tocaron techo y aquellos estudiantes cobijados bajo el ala de los pensamientos de importantes teóricos como Jean Paul Sastre y Herbert Marcuse, decidieron dar el primer paso: procedieron a la ocupación del campus universitario de Nanterre, germen de las ideas revolucionarias.

Y a partir de ese momento sucedió algo que marcaría al resto de la historia; sucedió en la gloriosa década del sesenta, en un escenario particular y con miles de protagonistas. Ocurrió en el transcurso de trece días, del 3 al 15 de mayo de 1968, seiscientos mil estudiantes tomaron inicialmente las universidades llamando a huelga general.


La voz se fue corriendo y pronto las calles francesas se inundaron de huelguistas que marchaban, el numero de estudiantes llegó a un millón y se logró una importantísima alianza con los sectores de trabajadores, se consiguió la buscada coalición entre la clase subalterna con la inteligencia universitaria.

Con esta multitud tras las espaldas, los lideres de las manifestaciones (como Daniel Cohn-Bendit) tenian esperanzas en conseguir, entre otras cosas, que se dejen de lado los clasismo, que se defienda a la ecología y al medio ambiente, que se instale la liberación femenina y que el amor sea por fin libre sin ataduras de prejuicios.
Pero todos esos sueños se quedaron en ese Mayo, sin lograr demasiados cambios, los estudiantes volvieron de a poco a su rutina. Lo que quizás ellos nunca sospecharían fue que ese “su” movimiento seria la inspiración a numerosas revoluciones latinoamericanas por ejemplo, que la unión entre estudiantes y trabajadores marcaría un precedente y  que la voz que hicieron escuchar a través de la gran manifestación, les contaría a todos los pueblos su derecho a expresarse libremente sin temores.

El curso de la historia fue otro a partir de la década de los sesenta, gracias a todos aquellos valientes que reformularon las condiciones tradicionales de vida, aprendimos a ser un poco mas libres. Es por todo esto y más que esos años fueron tan importantes Maria Emilia.




http://www.dim.uchile.cl/~anmoreir/ideas/graffiti.html
http://www.portalplanetasedna.com.ar/mayo_frances.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario