martes, 2 de noviembre de 2010

EL OLIGOPOLIO DE LA COMUNICACIÓN

Hubo una vez en que el país fue vendido casi por completo, uno de sus bienes mas preciados pasó a manos de empresas privadas, muchas de ellas extranjeras. Este bien: la libertad a la información –producirla, distribuirla, recibirla- dio un giro que marcaría al pueblo argentino para el resto de la historia.
 Todo comenzó en el año 1989, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem, en un contexto de capitalismo global, el presidente de ese momento decidió que la forma más pertinente para reavivar la economía y acrecentar el pluralismo era crear una ola de privatizaciones.
 En esa ola fue arrastrado todo el sistema que tenía que ver con las comunicaciones: radios, diarios, televisión y telefónicas. Y tras una modificación (torpe o astuta) de la ley de Radiodifusión nº 22.285 heredada del gobierno militar de Videla, una nueva categoría surgió: la de los “Grupos Multimedia”.
 A continuación se dio un remolino de nuevos grupos que fusionaban sus prestaciones para crear un bloque fuerte que hiciera frente a posibles competencias. Empresarios y hasta funcionarios políticos, muchos de dudoso pasado, fueron ganando poder y asentando un colchón económico que los respaldaría frente a cualquier situación futura.
Las fusiones, alianzas o compras que se hicieron no fueron de fácil seguimiento a la hora de determinar sus orígenes. A partir de los paquetes multimediaticos ya no solo se ofrecerían simples servicios de acceso a la comunicación e información, sino que cada grupo seria estandarte de una ideología que a través de su instalación copiosa en la agenda mediática y política ganaría adeptos entre el público.
Y es que hablando de agenda, de ahora en más, ya no sería el aparato del gobierno, del Estado quien la crearía, sino que los medios de comunicación, nuevo actor social serian los encargados de establecerla guiando a la opinión pública y moldeándola a su gusto y placer. 
En un principio la gran división se reflejaba en los grupos que eran menemistas y los que eran anti menemistas, como el caso del Grupo Clarín. Los dos tipos de grupos mostraban su cara de la moneda partiendo de las mismas noticias.
Y el tiempo fue potenciando estas cuestiones, hasta llegar a su máxima expresión en el presente. Los medios son oficialistas u opositores sin otra vuelta, y muchas veces la noticia es la confrontación entre estos dos tipos de grupos.
 Entre tanto mareo y agobie mediático, una medida quiere dar el batacazo y repatriar a tantos medios y que lo que para aquel presidente de patillas significó generar mayor pluralismo entre los medios, ahora sea de otra manera.
 Es el gobierno K y el replanteamiento de la ley de medios, vigente desde su creación en aquellos años de dictadura. Con promesas de despotenciar oligopolios privados y brindar oportunidades a medios comunitarios, universitarios y hasta a pueblos originarios.
 Promesas y mas promesas, como en todos los gobiernos se suceden y de las que pocas certezas el pueblo puede tener hasta que no las ven, no las palpan, no se benefician. Como un chip que se carga de información brindada por los medios, quizá que cambien de manos no sea una solución para formar ciudadanos con mayor capacidad de elección.
Que se produzca una re estatización de estos medios quizá no sea sinónimo de pluralidad informativa. Muchos cambios podrán favorecer a la Argentina en materia de comunicación, pero nada garantiza que el problema del oligopolio no solo no se solucione, sino que simplemente cambie de manos para ser un nada más que un vocero oficial.






http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=1926
http://www.panoramaaudiovisual.com/2010/04/01/texto-integro-de-la-ley-general-de-la-comunicacion-audiovisual/

“No es una revolución, majestad, es una mutación”. Nanterre

“¿Por qué en la tele muestran siempre tantas cosas de los sesenta?”(Maria Emilia B, 8 años); y es que para alguien nacido en el 2000 muchas cosas que hoy están naturalizadas las imaginan como una característica mas del mundo adulto, sin pensar en su génesis, en que todo tuvo un acto inicial.

Los sesenta fue una década totalmente revolucionadora, el arte y la música tomaron nuevas formas y colores y se imprimieron mayoritariamente en los jóvenes. Una época plasmada de provocaciones juveniles, donde los todavía “no adultos” no temían hacerse escuchar como si había ocurrido, sin ir lejos, con sus propios padres.

La ideología hippie se penetró en aquellos que estaban llegando a los veinte años y se expandió hasta los que tenian la edad de creer en el amor libre. Los universitarios también impregnados en esa realidad comenzaban a ver las cosas de otras maneras, querían hacerse valer.

Era el año 1968, algo no andaba bien en Francia, el Barrio Latino donde estudiantes de todo el pais se reunían tenia un humor diferente ese 19 de abril. Dos mil universitarios se encontraban allí organizando su repudio al atentado que había acabado con uno de los lideres de la rebelión juvenil europea: Rudi “el Rojo”.

Las criticas al sistema universitario, que era considerado por los jóvenes como una estructura anticuada que no permitía una posible salida laboral profesional, tocaron techo y aquellos estudiantes cobijados bajo el ala de los pensamientos de importantes teóricos como Jean Paul Sastre y Herbert Marcuse, decidieron dar el primer paso: procedieron a la ocupación del campus universitario de Nanterre, germen de las ideas revolucionarias.

Y a partir de ese momento sucedió algo que marcaría al resto de la historia; sucedió en la gloriosa década del sesenta, en un escenario particular y con miles de protagonistas. Ocurrió en el transcurso de trece días, del 3 al 15 de mayo de 1968, seiscientos mil estudiantes tomaron inicialmente las universidades llamando a huelga general.


La voz se fue corriendo y pronto las calles francesas se inundaron de huelguistas que marchaban, el numero de estudiantes llegó a un millón y se logró una importantísima alianza con los sectores de trabajadores, se consiguió la buscada coalición entre la clase subalterna con la inteligencia universitaria.

Con esta multitud tras las espaldas, los lideres de las manifestaciones (como Daniel Cohn-Bendit) tenian esperanzas en conseguir, entre otras cosas, que se dejen de lado los clasismo, que se defienda a la ecología y al medio ambiente, que se instale la liberación femenina y que el amor sea por fin libre sin ataduras de prejuicios.
Pero todos esos sueños se quedaron en ese Mayo, sin lograr demasiados cambios, los estudiantes volvieron de a poco a su rutina. Lo que quizás ellos nunca sospecharían fue que ese “su” movimiento seria la inspiración a numerosas revoluciones latinoamericanas por ejemplo, que la unión entre estudiantes y trabajadores marcaría un precedente y  que la voz que hicieron escuchar a través de la gran manifestación, les contaría a todos los pueblos su derecho a expresarse libremente sin temores.

El curso de la historia fue otro a partir de la década de los sesenta, gracias a todos aquellos valientes que reformularon las condiciones tradicionales de vida, aprendimos a ser un poco mas libres. Es por todo esto y más que esos años fueron tan importantes Maria Emilia.




http://www.dim.uchile.cl/~anmoreir/ideas/graffiti.html
http://www.portalplanetasedna.com.ar/mayo_frances.htm