jueves, 3 de febrero de 2011

Otro soldado del gobierno


Habia demasiados temas en discusión, idas y vueltas, un escenario argentino marcado por reproches y contestaciones de todas partes. Oposición- gobierno, Ley de medios, oligopolios mal llamados monopolio, Macri- gobierno, Clarín- gobierno: caso Noble, ADN, Papel Prensa, y más cuestiones a favor de unos en contra de otros.
La batalla se daba a conocer más que nada en los medios gráficos y el gobierno iba en desventaja en este aspecto, la necesidad era inminente, había que generar la creación de un nuevo medio, algún empresario K tenía que hacer algo.
Entonces fue Sergio Szpolski, empresario que ya poseía varios medios (entre ellos BAE, El Argentino, revista Veintitrés y otros) y tenia intenciones de aumentar el tamaño del grupo, quien creó “Tiempo Argentino”. Para mediados de mayo de 2010 el diario ya estuvo oficialmente a la venta en el país y así se abría otra variante en el juego político.
 “Desde nuestras paginas vamos a defender la economía al servicio de la producción y del empleo, la autoestima nacional, la democracia inclusiva, los derechos humanos y la libertad en todas sus formas” , fue así la forma en que su director Roberto Caballero lo anunciaba.
Con esa promesa que sonaba a diario para el pueblo, en línea progresista y con un amague de objetividad arrancó Tiempo Argentino su historia. Pero luego las cosas se fueron desvirtuando de a poco hasta caer en la obviedad de la pancarta política.
Nacional no es Ciudad.
Ya en el segundo número publicado, la nota principal de tapa presentó a uno de sus principales contrincantes: Mauricio Macri. Con un titular en negrita y más grande que el resto de los títulos (que es la forma en que señalan su nota principal en la tapa), la frase dictaminó la cantidad de personas que no tenían hogar en la ciudad.
De ahí en más comenzó un seguimiento casi diario del caso de las escuchas ilegales por las cuales el Jefe de Gobierno Porteño se encuentra acusado. Siguiendo su sombra, en las partes más oscuras, también se publicaron notas sobre la toma de colegios en la ciudad.
Cada vez que se habló de la protesta de los estudiantes, fue mostrando el mal estado de los edificios, las famosas pero no llevadas adelante “listas negras” con las que Macri acorralaba a los estudiantes y la indignación de la presidenta frente al estado de los edificios, apoyando libremente a los protestantes.
Fue así de esta forma, una de las tantas maneras de ir “mostrando la hilacha” desde las páginas de Tiempo Argentino. Polarizando a Macri y a Cristina, se estampó en la línea editorial uno de todos los malos de la película, mientras la heroína apoyaba la lucha estudiantil como si no tuviese el poder de solucionar el problema y solamente dependiera del Jefe de la ciudad.
Se planteó de este modo una especie de juego entre unitarios y federales, separando a la ciudad autónoma del conurbano bonaerense, diferenciando las aguas y por sobre todas las cosas las gestiones.
Tiempo Argentino save the queen
Como reencarnación de Evita, Tiempo Argentino siempre le dio un lugar privilegiado a la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. Hada madrina del nuevo medio, su figura fue loada desde el primer número hasta el actual sin perder la vigencia.
Como una especie de agenda oficial, el diario detalla cada actividad que realiza la presidenta, remarcando sus logros desde plano nacional, sin pasar por alto actos en el conurbano bonaerense, hasta aquellos acuerdos que firma o logra acordar en el plano internacional con su política de fortalecimiento de lazos entre países.
Con las mejores fotos y al lado de figuras importantes amigas de ella, Cristina Fernandez de Kirchner es retratada por “Tiempo Argentino” claramente, como la gran referente que guía la línea ideologica del diario.




El eterno dolor: "los libres del mundo responden"


Una postura clave marca la posición de “Tiempo Argentino” frente al pueblo para anclar en un lugar que es la eterna herida abierta del país. Con insistencia alrededor de la última dictadura militar, este diario usa el tema como estrategia para aferrarse a sus lectores y ganar nuevos adeptos.
Es que acompañando a la política del actual gobierno, que siguió la iniciativa de su antecesor Néstor Kirchner de retomar la lucha contra el cruel pasado de la dictadura iniciada en 1976, fue que el diario tomó como suya la batalla a favor de los derechos humanos…o por lo menos de aquellos vinculados a los crímenes de lesa humanidad.
Con gran arraigo a las abuelas y madres de plaza de mayo, como fuertes  exponentes como Estela de Carloto y Hebe de Bonafini, desde sus páginas se clama por su lucha en la recuperación de los hijos y nietos de desaparecidos. Tal la idolatración que desde “Tiempo Argentino” se propuso la postulación de Madres y Abuelas al Nobel de la Paz, con una campaña de junta de firmas.
También el reclamo constante por descubrir el verdadero ADN de los hijos de la viuda del fundador de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, sospechados como hijos apropiados de desaparecidos, (motivo más para aporrear a Clarín dicho sea de paso) es otra muestra de la lucha por los derechos humanos.
Sin contar la actualización constante de la nueva Ley de Medios, impulsada por el gobierno K con la intención manifiesta de reformular la antigua ley de la dictadura que seguía en vigencia hasta el momento de la instauración de la nueva; y con intenciones ocultas pero fácilmente deducibles.
Todo eso es manifiesto con gran ímpetu en cada número de Tiempo Argentino, casi no existen publicaciones que no hagan aunque más no sea una referencia a todo lo recién nombrado. En el promedio de diez días de análisis del diario: en seis tapas de los diez números aparecían anuncios de notas relacionadas a esa temática y cuarenta y una de las páginas, sumadas en ese lapso de tiempo, estaban dedicadas a hablar de lo correspondiente a la dictadura. En ninguno de los diez números faltó información al respecto.
La existencia de otro medio más que abogue por los derechos humanos es una sensación de esperanza para un pueblo que siempre ha sido tan golpeado. El temor es que la lucha tomada por este periódico no sea más que una estrategia política y se esté jugando con un tema tan delicado para los argentinos.
El tratamiento que se hace de este tema en el diario puede parecer un tanto abusivo por la constante información sobre una lucha, que si bien debe seguir, no debe opacar a las luchas de las personas que viven aquí y ahora.
La exageración de algunas cuestiones ha hecho que la confianza en los medios penda de un finísimo hilo, y sentirse engañado cuando en realidad el diario quiere alcanzar un heroicismo de lucha por el pueblo, es una sensación más que amarga.
¿Habrá forma alguna de llegar al verdadero fondo de la cuestión sin ir en el camino pensando que lo más probable es que estén entretejiendo una gran propaganda?

Los que no existen


En la reiteración de temas, hay uno que “Tiempo Argentino” parece obviar. Tomando como ejemplo los diez diarios analizados, donde en seis tapas se nombraban temas relativos a la última dictadura militar, sólo en el interior de un número se escribió una nota nombrando a la pobreza, pero de una manera muy peculiar.
No se hizo referencia a los chicos que mueren a diario por la desnutrición o la droga, no se habló de enfermedades de la pobreza ni de cartoneros, mucho menos se hizo referencia al trabajo infantil y el analfabetismo, sino que de manera descarada observaba que el ahorro no era una actividad exclusiva de los sectores que “alcanzan a cubrir la canasta básica”.
Y no es sólo en ese número que “Tiempo Argentino” demuestra inconsciencia o ignorancia respecto a la pobreza que azota al país, si no que es una constante ausencia en los temas de ese diario, un diario que quiere ganar adeptos de una única forma olvidando la realidad que se vive.
¿Es mentir sobre la realidad argentina, desinformar o simplemente no decir toda la verdad (ocultarla) lo que “Tiempo Argentino” pretende hacer al omitir hablar de la pobreza como es: cruel?
Es difícil entender que un diario que lucha día a día por devolver la identidad a familiares y a personas que ya pasaron por el gran calvario, un diario que hasta el hartazgo defiende los derechos de unos pocos sin descanso, de vuelta la cara a aquellos que sufren y mueren hoy y haga de cuenta que su identidad, la de los pobres, no existe.

Investigaciones sobre economía de la pobreza
Una mirada diferente sobre el ahorro
Publicado el 10 de Octubre de 2010
http://tiempo.elargentino.com/sites/default/files/imagecache/Story-img-main/10/09/2010_-_1701/1286654466-/basura.jpg
Por Nicolás Bontti
Los sectores de bajos recursos demuestran que guardar un excedente de dinero mensual no es exclusivo de quienes alcanzan a cubrir la canasta básica. Los más ajenos al sistema financiero, a su manera, también lo practican.

Blanco o Negro: la guerra de los roces.


Todo Batman tiene su Guasón, como el ying tiene al yang y aunque en ambos casos son los opuestos, uno no podría existir sin el otro, se necesitan y se complementan. Se eligen a los enemigos cuando están a la altura del conflicto, se les envidia lo que a uno le falta y cuesta reconocer las similitudes, que son las que generalmente aumentan la competitividad.
Tiempo Argentino nació con un contrincante ya nutrido, o más bien Tiempo Argentino nació para ser un contrincante, del ya de 65 años diario Clarín con su “toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos”.
Y Clarín sumó otro problema al aparecer un diario que le retrucara absolutamente todas sus palabras y que además acusara a su fundador, Roberto Noble, por vincularse con la última dictadura militar, derivando de aquello la presunta apropiación de niños de desaparecidos por parte de su esposa Ernestina Herrera de Noble.
Un diario con habilidades camaleonisticas, que acompañó a cada gobierno de turno, sin importar el credo, rompió con esa lógica el día que decidió apoyar al Judas de la presidencia de Cristina Kirchner, Julio Cobos (con su famoso “mi voto no es positivo”), y se acercó al poder del campo para declararse enemigo de los K en un salto sorpresivo de panqueque.
A partir de esa quiebra la historia mediática en Argentina cambió abruptamente, y se desató un fenómeno nunca antes visto que encontró su mayor expresión cuando surgió el contestatario “Tiempo Argentino”.
Ahora los medios no sólo hablarían de los hechos noticiosos, sino que  se iba a comenzar a hablar de los propios medios en sí. Y con exageración autorreferencial y litigante, aparecieron en la cabecera “Tiempo Argentino” y “Clarín”.
Mas que una confrontación de hechos, parecería que la apuesta que se tienen ambos diarios se acerca a lo personal más que a informar al pueblo, llegando a tal punto de ganar lectores por un fanatismo con la izquierda de parte de “Tiempo Argentino”.
En cuanto a “Clarín”, todo este asunto mediático, cual pelea de vedettes contra el gobierno, hizo que se perdiera credibilidad en el medio y con ello muchos lectores. Por hartazgo o pérdida de fe en el periodismo, leer “Clarín” ya no es lo que era, y si las cosas siguen así es más que seguro que los lectores se irán junto con el tiempo.

Tiempo Argentino y El Poder: poniendo estaba el Estado


 Muchos son los indicios que muestran la relación que existe entre el nuevo diario del grupo Szpolski y la actual gestión del gobierno argentino, pero de entre todas aquellas sospechas de amorío hay una que causa más controversias que el resto, la tan últimamente nombrada: distribución de la pauta oficial.
Cual Tupac Amaruc amarrada en cada extremo por los distintos grupos periodísticos del país, la publicidad del Estado es tironeada con una fuerza salida del bolsillo y la voracidad de querer obtener el pedazo más grande de la torta.
Pero en el tire y afloje las cosas estuvieron un poco cantadas desde el principio, y se sabía de antemano que aquellos medios en disputa con el gobierno no iban a ser, precisamente, los más favorecidos.
Y así de a poco se dieron a conocer algunos datos que alarmaron a varios y causaron una nueva batalla en la disputa mediática, quizá una de las más económicamente  dolorosas. En el transcurso de dos años (desde el primer semestre de 2008 al mismo período pero en 2010) los porcentajes cambiaron abruptamente aumentando la brecha entre medios oficialistas y los llamados “de oposición”.
Clarín y La Nación fueron los medios más perjudicados, disminuyendo lo recibido por el Estado en cuanto a publicidad en un 60% y 50% respectivamente; sin embargo, el gran beneficiario Grupo Szpolski, dueño del diario “Tiempo Argentino” aumentó su cuota de pauta oficial en un 407%.
El apoyo económico brindado desde el Estado dio una gran confianza al nuevo diario para ganar fuerza propia y abrirse paso. Pero los criterios de distribución no son del todo claros y parecen escapar a la lógica de repartición según la cantidad de lectores del medio (a más consumidores mayor aporte de pauta publicitaria).
El 2011 ya viene perfilándose como un año de ascensos, donde la publicidad oficial presupuestada por la Jefatura de Gabinete de Ministros trepará a los $388.806.630- un 38% más de lo estipulado por la Ley de Presupuesto 2010-. Ahora queda sentarse y ver si serán los mismos quienes reciban la mayor ración.